Murillo: Inmaculada Concepción...
Murillo, Inmaculada Concepción de los Venerables, 1678 Óleo sobre lienzo 274 x 190 cm Museo del Prado, Madrid |
El tema mariano fue uno de los más representados durante el siglo XVII. Murillo supo captar la fórmula exacta para crear sus vírgenes y que estas llegaran a ser el icono característico del pintor sevillano. Tras siglos con la misma representación, el sevillano cambió por completo la iconografía de la Virgen:
- Emplea nuevos colores para el manto y el vestido. Ahora pintará sus Inmaculadas en blanco y azul y aparecerán envueltas en un misterioso halo dorado -símbolo de su pureza y luz divina- en cada una de sus representaciones.
- Sus manos aparecen recogidas sobre el pecho, en señal de oración.
- Los rostros y las miradas son dulces y en actitud triunfante. Ya no hay dolor. No hay sufrimiento ni letanías.
Murillo se especializará en la creación
de vírgenes y santos de una manera tal que, a lo largo de su trayectoria
profesional, llegaría a realizar una veintena de Inmaculadas de similar iconografía. Por este motivo, al artista sevillano del Barroco español, se le conoce también con el sobrenombre de: “Murillo,
el pintor de Vírgenes”...
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