Peter Paul Rubens...
Autorretrato (detalle), 1623 Óleo sobre tabla 86 x 62,5 cm Windsor, Castillo de Windsor, The Royal Collection. |
Tal
día como hoy, en 1577, nacía en Siegen (Alemania), el genio del Barroco
y representante de la escuela flamenca Peter
Paul Rubens. Después
de estudiar sus obras, podemos decir que Rubens
es todo un clásico en sus formas; de hecho, es el único que supo unir el
clasicismo con lo exuberante o los impulsos,
torsiones y teatralidad de sus figuras con las formas de un capitel
corintio. Pero no debemos olvidar que
Rubens es, sobre todo, una de las figuras más importantes del Barroco, y, por lo
tanto, su obra es un compendio de los grandes maestros que le precedieron, como
Miguel Ángel, El Greco, Veronés y Tintoretto, ampliando los conocimientos pictóricos de Caravaggio y otorgándoles su propia
técnica y talento.
A
la hora de abordar ciertos temas
pictóricos, Rubens no dudará en
dar ese toque insólito, propio de su
pincelada aunque se trate de temas serios y religiosos. Le gusta la provocación
y por ello no duda en plasmar en sus cuadros ese tono vital, esa energía, la
extrema fecundidad, la carne y el hierro que aparecen en sus obras, para evitar la
solemnidad y la frialdad de la que hacen gala otros artistas. Este modo de
trabajar, le valió a Rubens el reconocimiento como “el
Homero de la pintura” por parte del pintor francés Eugène Delacroix. Así
pues, el movimiento de sus composiciones, sus figuras exuberantes y la gama
cromática de su paleta, ponen claramente de manifiesto el carácter barroco
en el que se engloban el conjunto de sus obras.
Retrato de Helena Fourment, (detalle) 1630-1632 186 x 85 cm óleo sobre tabla Lisboa, Museu Calouste Gulbenkian |
Otro aspecto interesante a la hora de hablar de la figura de Rubens, es su estilo conocido como “rubeniano”: sus mujeres no “encajan” dentro de los modelos femeninos que anhelaban los pintores italianos del siglo XVI. Sus figuras de curvas voluptuosas, sus rasgos y los pliegues de sus carnes parecen “demasiado real”. Estas formas generosas y opulentas lo acompañarán durante toda su trayectoria y lo llevarán a retratar a “la mujer más bella de Amberes": su amor, Elena Fourment.
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