Le Moulin Rouge...
Le Moulin Rouge |
El 6
de octubre de 1889 marcó un antes y un después en la vida de Toulouse- Lautrec: le
Moulin Rouge encendía por primera vez sus aspas rojas en la noche
parisina. Situado en la parte baja de la colina de Montmartre -concretamente en el Boulevard Clichy-, el local se
presentaba en prensa como “un espectáculo
muy parisiense donde todos los maridos pueden venir en compañía de sus mujeres”
aunque para la mayoría sería más famoso por el amor libre y los placeres…
El cartel
oficial propuesto para la inauguración no dejaba lugar a dudas: todas las
tardes baile y atracciones diversas; miércoles y sábados fiestas nocturnas: el
estreno de aquella noche se convertiría en el acontecimiento social más
importante de finales del siglo XIX. No
sería este un lugar menospreciado por el joven Toulouse-Lautrec y sus
compañeros, sino todo lo contrario: día tras día y noche tras noche, el grupo
de amigos se situaba en la línea más próxima al escenario para no perder ningún
detalle de sus famosos espectáculos.
El Moulin Rouge no solo servirá al joven pintor como medio de distracción, sino que supo
sacar partido de cada una de las escenas, coreografías, actrices y bailarinas que allí conoció. Pronto, los dueños del afamado local –Oller y Zidler- decidieron que, ante la fuerte competencia del Casino de París, Toulouse- Lautrec se convirtiera en el cartelista
oficial del Moulin Rouge y que retratase, para la siguiente ocasión, a Valentín el
Deshuesado y a la fantástica Goulue (una de las mejores vedettes de todo París) con los espectadores al fondo. Así, el cartel que realizó el joven Henri para
el Molino Rojo se convirtió en el más afamado de toda la ciudad y podía verse
situado en cualquier parte: pegado a las
paredes o colocado sobre un coche de caballos que anunciaba, a bombo y platillo, el mejor espectáculo musical del mundo.
Moulin Rouge: la Goulue, 1981 Litografía a color 122 X 84 cm Coleccion privada (Estados Unidos) |
Más
adelante, la cantante, bailarina y modelo de Toulouse- Lautrec y afamada artista en el Moulin Rouge Yvette Guilbert, realizó algunas declaraciones
sobre su compañera de escenarios “la
Goulue”, de quien dijo que: “La Goulue era
bonita y maliciosamente graciosa a la vista, rubia, con un fleco de cabellos
cortados al llegar a las cejas (…). Desde París hasta Nueva York pasando por
Whitechapel en Londres, todas las chicas deseaban tener ese mismo peinado y la
cinta de color anudada al cuello…”. Finalmente, en 1895, el público se cansó de ella y terminó sus días trabajando
en una barraca de feria cantando y bailando, aunque su belleza y sus encantos
estaban ya muy lejos de las noches de gloria del Moulin Rouge…
La Goulue |
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